Los seres humanos
somos criaturas de hábitos. Desarrollamos rutinas, y luego nos olvidamos de
ellas, felices de permitir que se ejecuten en piloto automático. Esto puede ser
muy cómodo, pero también puede ser un obstáculo cuando queremos cambiar algo en
nuestras vidas.
Los hábitos y las creencias van de
la mano. A menudo es una creencia inconsciente la que impide a la
gente darse cuenta del cambio que desean hacer en su vida. Por ejemplo, quienes
padecen de alopecia y con resignación deciden utilizar pelucas o cubrirse de
alguna manera porque creen que no hay nada que hacer al respecto y desconocen
que hay opciones como la que le ofrece http://dryane.com/
que podría representar una alternativa diferente.
Otros ejemplos
de creencias que modelan
nuestros hábitos podrían ser, el hombre con sobrepeso rompe su
dieta después de una semana, porque él no es consciente de que cree que el
comer le hace sentir seguro. El fumador se fuma un cigarrillo, porque es
inconsciente de que cree que fumar le relaja. El adicto al trabajo se queda
hasta tarde los fines de semana, y aún se lleva documentos a casa a pesar de
que le prometió a su esposa que no lo haría, porque no se da cuenta que él cree
que "un hombre de verdad siempre trabaja duro", y quiere desesperadamente
ser un hombre de verdad.
En cualquier caso, sea cual sea el hábito o el cambio
deseado, lo más probable es que hay una creencia que está generando la conducta
no deseada. Y la única manera de hacer un cambio duradero es cambiar la
creencia. Cualquier cosa menos es superficial.
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