Necesitamos el poder de la espiritualidad

"Así como una vela no puede arder sin fuego, los hombres no pueden vivir sin espiritualidad". ~ Buda

Hace algunos años Moon Cho  comento en una de sus publicaciones:

"Recientemente me conmovió "Fierce Light", un documental sobre cómo la espiritualidad motiva a las personas a tomar medidas audaces para cambiar el mundo. Lo que me llevó a un océano de lágrimas en este documental fue una entrevista con Julia Butterfly Hill, la activista ambiental que vivió en el antiguo árbol "Luna" en el bosque de Redwood en California durante 2 años seguidos para salvar al árbol de su desaparición".

Durante esta demostración pacífica, Julia había visto a su co-activista, David Gypsy Chain, morir bajo un árbol que cayó sobre él porque fue cortado. Incluso después de esta dolorosa experiencia, Julia mantuvo su vigilancia para el activismo social y la esperanza, finalmente salvando al árbol "Luna".

Era obvio que el viaje de Julia para continuar teniendo fe en la humanidad provenía de un lugar profundo de espiritualidad. Ella creía, y con razón, que cuando matamos a nuestros árboles, nos matamos a nosotros mismos porque todos somos uno con la naturaleza y este Universo. Su profundo sentido de esta Unidad espiritual con la naturaleza, porque los humanos son dependientes de ella, la hizo tan comprometida con sus creencias que se sentó en el árbol durante 2 años sin pisar suelo para defenderlo.

Mientras que Julia Hill, adoptó una profunda espiritualidad para cambiar el mundo, nosotros no tenemos que ir a extremos tan valientes para hacerlo útil en nuestras vidas. La espiritualidad, como siempre digo, debe usarse como una herramienta práctica para transformar nuestras propias vidas, porque la base para una vida sana y feliz es tener una mente y alma pacíficas. Al igual que el agua o la comida, no podemos vivir sin ella.

A través de la espiritualidad, nos conectamos con las energías superiores, que nos revelan la verdad acerca de nosotros mismos, para que podamos tomar decisiones en nuestras vidas que traen significado y satisfacción, eso es felicidad. La espiritualidad, usada en su forma más pura y universal, que es el amor, saca lo mejor de las personas porque entonces vivimos al servicio de los demás y de Dios.